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Pago por hora, pago por evento, …

Llevo unos días teniendo un sueño recurrente. Sueño que decido pintar un par de habitaciones de mi casa. «¿Cómo pagar al pintor?», me pregunto en el sueño.

Por horas

Un  mecanismo sencillo. Si cogía el cronómetro y marcaba la hora de inicio y la hora de fin, sólo tenía que pactar el precio por hora. Y así lo hacía en mi sueño. Pero algo no funcionaba bien. De vez en cuando me asomaba a ver cómo  trabajaba el pintor y la hora del bocadillo se excedía más de la cuenta. Oía el timbre de su móvil frecuentemente y a él charlando con sus colegas. No me daba la impresión de que se diese especial prisa. «A lo mejor es el estándar del sector», pensé. Por ello, me empecé a informar y a hacer un benchmarking con amigos y conocidos. Encontré mejore y peores ratios de metros-de-pared-por-hora. Con esa información empecé a cuestionar el trabajo del pintor y a explicarle cómo debía hacer las cosas. Las discusiones subieron de tono… Y me desperté.

A la noche siguiente tuve el mismo sueño, pero con la experiencia adquirida, decidí pagarle…

Por evento

Sí, sí, por evento. Por cada brochazo que diese a las paredes de las habitaciones le pagaría una cantidad. Así resolvía el tema de los tiempos muertos. Si hablaba por el móvil o se comía el bocadillo, eso no se lo pagaba. Asunto resuelto… Hasta que volví a asomarme a ver cómo trabajaba. De vez en cuando, la presión de la brocha no era muy fuerte, con lo que en un mismo trozo se recreaba y donde antes daba un par de brochazos, ahora daba siete u ocho. En otras ocasiones insistía sin demasiado sentido en otro trozo de pared, echando capas y capas de pintura. Yo veía el contador de brochazos cómo iba subiendo, en paralelo a la cuenta que me esperaba. Como no me puedo estar quieto, acudí a mis fuentes de información y estudié todo lo que hay que saber sobre pintura: técnicas, herramientas, materiales, grosores… Cuando me hice un experto, volví a cuestionar el trabajo de mi pintor y, por supuesto, se rebotó. Cuando casi llegamos a las manos, … me desperté.

A la siguiente noche, otra vez el sueño. En él, mi mujer, que tiene más sentido común que yo, me dijo: «esto es muy sencillo. Le dices lo que quieres, se lo explicas bien, lo vigilas un poco y si al final, no te gusta el resultado, no se lo pagues».  Como pensé que por probar nada perdía, propuse al pintor de mi sueño pagarle

Por proceso

Y tal y como me aconsejó mi mujer, así se lo transmití al pintor. Éste se sintió halagado por la confianza que depositaba en él, pero preocupado por el riesgo que suponía que al final no le pagase. No hizo falta que yo le propusiese unos puntos de control. Fue él el que estableció un mecanismo de seguimiento periódico donde poder analizar las desviaciones respecto a lo comprometido. El contrato fue más complicado de firmar que en los dos sueños anteriores, pero todo estaba claro y establecido: responsabilidades, mecanismos de seguimiento y control, retribución, mecanismo de pago variable… En este sueño, sí pude ver finalmente las habitaciones pintadas como yo había imaginado. Yo contento y él contento.

Fin de la historia.

Comienzo de la reflexión.

En los modelos de relación que se establecen entre clientes y proveedores, es clave acertar con el modelo de retribución. Ninguno es perfecto ni ninguno es rechazable de plano. Os planteo algunas reflexiones:

  • Pago por hora

¿Cuándo usarlo? Cuando el conocimiento y confianza con tu proveedor sea extraordinario. Lo conoces, sabes cómo trabaja, sabes de su nivel de compromiso, que hace de su negocio el tuyo. Prácticamente sus empleados con los tuyos. En ese caso, ¿por qué no pagarle por hora? El proveedor vivirá tranquilo porque tiene sus márgenes asegurados y se centrará en tu negocio. Tu vivirás tranquilo porque el mecanismo de medición es sencillo.

Si esa confianza no es ciega, el pago por hora, requiere que tú, como cliente, desarrolles competencias de control y análisis de productividades. Que seas responsable de la previsión de la demanda, la validación de los turnos, vigilar que el proveedor sea productivo, …

¿De dónde saco la información para medir y retribuir? Del sistema de «fichaje» del proveedor.

  • Pago por evento

¿Cuándo usarlo? Cuando estés subcontratando eventos sencillos y estándares. Todos iguales. Tareas de backoffice repetitivas o llamadas similares unas a otras (venta de entradas, …) en duración, contenido o procesos.

Si esto no ocurre, y tienes múltiples tipos de llamadas, múltiples tipos de back office, … tendrás que desarrollar competencias técnicas sobre cómo proponer al proveedor que la llamada sea más corta o que las tareas sean más eficientes para poder negociar el precio.

¿De dónde saco la información para medir y retribuir? Del sistema de gestión de llamadas o gestión de contactos (ACD, CTI, …)

  • Pago por proceso (BPO)

¿Cuándo usarlo? Cuando estés negociando con un proveedor que sea muy profesional. Que sea capaz de  asumir tu proceso (gestión de incidencias, suministro de información, gestión de tramitaciones administrativas, …), entenderlo y pensar en mejoras de manera continua. Si le pagas por el proceso, el proveedor será el principal intersado en hacerlo bien y de manera productiva. Y tú, como cliente, desarrollarás competencias de calidad y gestión de contenidos. Monitorizarás a tu proveedor y le darás los contenidos y la información necesarios para que pueda realizar adecuadamente su trabajo.

¿De dónde saco la información para medir y retribuir? Del sistema de gestión de clientes (CRM). Sólo retribuirás cada vez que a un clientes se le ha ejecutado un proceso, independientemente del número de contactos necesarios para que quede satisfecho o del back office o escalado que haya sido necesario generar. Además, de ese modo, garantizarás que todas tus transacciones quedan registradas.

 

Como cierre, las cosas no son blancas o negras. El gris tiene muchos matices y podréis encontrar múltiples maneras de combinar modelos y soluciones que contengan partes más o menos importantes del espíritu que subyace en cada modelo.

 

Saludos.

 

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PROCESO DE COMPRAS VI – Proceso de Licitación

Ya nos toca pedir las ofertas. Tenemos preseleccionados a los candidatos, tenemos los requistos, … lo tenemos todo!. Ya sólo nos queda lanzarnos al ruedo.

Si tengo que daros alguna recomendación es que el proceso lo hagáis muy muy formal:

  • Carta para invitar a participar en el proceso
  • Reglas del juego muy claras
  • Plazos muy bien definidos.

Cuando hablo de las reglas del juego, me refiero a que lo que se pide debe quedar meridianamente claro. Incluso, por qué no, indicando un volumen máximo de folios por documento pedido. Por ejemplo:

  • Resumen ejecutivo. Máximo 2 folios.
  • Respuesta a la matriz de requisitos. Contestar en el propio documento de la matriz, en la casilla dispuesta a tal efecto.
  • Otros elementos adicionales: mejoras pensadas por el proveedor; gama de servicios; cuadro de mando; acuerdos de niveles de servicio propuestos por el proveedor, …

Cada una de estas peticiones debe estar perfectamente definida. También debe estar definido el soporte (papel, fichero, word/pdf, …) como el medio (en mano, CD, Pen drive, por correo, …).

Respecto a los plazos, recomiendo:Fecha clara de envío de la petición de ofertas o RFP

  • Fecha clara límite para petición de aclaraciones
  • Fecha clara de respuesta de aclaraciones
  • Fecha (y hora) clara de recepción de respuestas.
  • Fecha de comunicación de resultados.

Vuestros proveedores agradecerán esta claridad y profesionalidad en el proceso.

Que paséis buen verano…

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PROCESO DE COMPRAS IV – Requisitos

«Quiero un buen proveedor de call center». Ese es el único requisito que me proponía un cliente. «Que me dé buen servicio, que no me dé problemas». De cara al cliente, con eso es suficiente. ¿O no? En lo básico, no puedo discrepar con él. Al final, la aspiración de cualquiera que tenga que subcontratar servicios es, teniendo la responsabilidad, ceder la gestión y las preocupaciones del día a día. Pero eso sólo se consigue haciendo un buen proceso de selección.

¿Y qué le pedimos al proveedor? Yo normalmente recomiendo separar, en los procesos de licitación, lo que «le pedimos al proveedor» en un documento aparte, específico que, si lo planteamos como una tabla a rellenar o una «matriz de requisitos», nos ayudará muy mucho a la valoración.

Una «matriz de requisitos» no deja de ser una tabla estructurada por bloques, en los que se detallan, uno a uno y de manera organizada, todas las cosas que pedimos que un proveedor nos deba dar. Cuanto más lo concretemos, menos problemas habrá en el futuro de la relación. La ventaja de hacerlo de una manera ordenada y estructurada son varias:

  • Nos ayuda a organizar nuestro pensamiento, a ordenar de arriba hacia abajo los bloques de peticiones
  • Nos ayuda a que no se nos olvide nada de lo que queremos pedir
  • Nos ayuda en la valoración final.

Posibles bloques de requisitos podrían ser:

  • Generales: Estructura de la compañía. Posición financiera. Organización. Sedes. Principales clientes y referencias.
  • Gestión de las operaciones: cómo desarrolla su día a día. Capacidad de gestión de procesos. Capacidad de planificar y dimensionarse. Capacidad de gestionar contingencias. Temas de calidad.
  • Infraestructuras: edificio, instalaciones electricas, climatización, incendios.
  • Sistemas de Información: capacidades de desarrollo e implantación de sistemas. Cuartos técnicos. Instalación de datos. Capacidades para el soporte a la operación.
  • Recursos Humanos: capacidades de reclutamiento, selección, formación, desarrollo, retribución.
  • Puesto de trabajo: dimensiones, ergonomía, tipo de mobiliario, equipamiento por puesto.

Esto no deja de ser un ejemplo. Según vuestro negocio, pediréis más o menos.

Cada requisito tiene para vosotros un valor. Cada grupo de requisitos también. Esos valores son los que os servirán para ponderar las respuestas.

Para las respuestas pediréis la proveedor si el requisito lo cumple de manera total, parcial o no lo cumple. En cualquiera de los casos, siempre dejaréis espacio para que explique cómo piensa cumplir el requisito o, si no lo cumple o lo hace parcialmente, por qué.

Interesante es, en algunos casos, pedirles alguna evidencia escrita: certificados de calidad, fotos o planos.

Los requisitos planteados hacen referencia a unos procesos a licitar: servicio de atención al cliente, proceso logístico, o externalización de una fuerza de ventas. Describid el proceso con todo lujo de detalles para que nadie se llame a engaño.

Sobre el proceso, pedid ideas y sugerencias de mejora.

Con todo esto, os saldrá un buen documento de requisitos que es la base de la valoración en cualquier proceso de licitación.

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PROCESO DE COMPRAS III – Preselección

Hola de nuevo.

Después de un largo paréntesis de mucho trabajo, cierre de año y paréntesis navideño, volvemos a la carga con las recetas sencillas para vuestra gestión del día a día.

Dada la situación apurada por la que todos estamos pasando y que esperemos sea lo más corta posible, muchas compañías están buscando la eficiencia y la reducción de costes por todos los rincones de sus organizaciones. Las compras y los proveedores no podían quedarse fuera.

Como venimos contando, la Preselección de proveedores es una necesidad para la empresa que se embarca en un proceso de licitación o concurso. Son varios los motivos:

  • Permite tener una visión amplia del mercado. No siempre se conoce lo suficiente. Haber trabajado con el proveedor «de toda la vida» hace que no se hayan investigado nuevas fórmulas de prestación del servicio, nuevos modelos de retribución o nuevas tecnologías.
  • Permite hacer un proceso más «justo». Intentemos que, a igualdad de calidad de proveedores, ninguno se quede sin la oportunidad de presentar sus capacidades.
  • Permite hacer un filtro. Procesos de licitación de más de 3-4 proveedores son inmanejables y muy costosos en tiempo y esfuerzo.

Una preselección es parte del proceso de venta del proveedor. Una mala presentación o una mala documentación ya da una idea de la calidad del proveedor, de sus ganas de trabajar y esforzarse, de su predisposición al cambio.

Un primer paso es una buena batida por el mercado: reuníos con los que manejan las operaciones o las compras del día a día, con los expertos, con los que conocen el mercado. Recabad información de varias fuentes. Todos tenemos nuestro corazón y nuestra subjetividad y favorecemos a quién mejor nos trata. A través de esta visión de varios interlocutores, de dentro y fuera de la compañía, realizad una lista de invitado a participar en la preseleccion. Más de 10 es una locura. Menos 3 no es un prefiltro. 5-7 puede ser adecuado.

Dos maneras son las adecuadas para hacer la preselección:

  • Ronda de presentaciones: los invitados a participar realizan su mejor despliegue de medios y capacidades. Calculad media jornada por invitado y tenéis el esfuerzo en horas de dedicación al tema
  • RFI (Request For Information): Lanzad un pequeño briefing de lo que vais a poner en el mercado. Qué proceso queréis licitar. Qué problemática de negocio queréis cubrir. Qué valoráis fundamentalmente en el proveedor. Sobre estas consideraciones, pedid una presentación de capacidades y una petición sobre cómo resolvería el invitado vuestro problema de negocio.

Un posible índice para una RFI sería:

  • Presentación de vuestra compañía
  • Presentación del proceso de negocio a licitar
  • Presentación de la problemática actual
  • Petición de información financiera y societaria.
  • Petición de capacidades y medios del proveedor: recursos humanos, infraestructuras, sedes, medios técnicos, certificaciones, …
  • Petición de solución a vuestro problema: cómo lo enfocarían, qué pasos darían, cuánto tiempo tardarían en solucionarlo

Sobre las contestaciones a la RFI podéis hacer una Matriz de Valoración. Ponderad los criterios a los que le dais importancia del 1 al 10: calidad de la presentación, facturación, estabilidad accionarial, presencia internacional, aportación de ideas y conocimientos, aportación de tecnología, … Sobre estas ponderaciones, poned la opinión subjetiva de uno o varios evaluadores. Excel, multiplicar, sumar… y ver el resultado.

Si el servicio a licitar es «comoditizable» (perdonad por el palabro), es decir, existe posibilidad de estandarizar precios o tarifas, podéis hacer en la propia RFI o inmediatamente después, una petición de cotización o RFQ (Request for Quotation): cotízame tus tarifas por perfiles de consultoría, o tus precios de teleoperador o tus tarifas de transporte.

Con todo esto, obtendréis la «short list» de los licitantes a una próxima RFP

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PROCESO DE COMPRAS II – El proceso

El proceso de compras es un proceso en sí mismo que tiene una serie de pasos que no nos deberíamos saltar. Hay mucha literatura al respecto, pero yo destacaría dos lecturas obligadas: el capítulo de «Procuremente» de PMBOK (Project Management Body Of Knowledge) del Project Managment Institute (PMI) y el capítulo sobre gestión de compras del COPC-2000 VMO Standar, muy enfocado el sector de contact centers.

En cualquier caso, comprar es un proceso. Una licitación es un proyecto. Cómo plantear un cambio de proveedor es una actividad que requiere ser planificada.

Comprar producto es relativamente sencillo. Comprar servicios, evaluar y comparar proveedores es sencillamente complicado. Un posible procesos que se debería aplicar siempre sería:

  • Identificar la Necesidad de Comprar

Parece una tontería, pero no es fácil identificar qué se debe subcontratar. En un contact center puedo ir desde hacer un auténtico BPO y desentenderme de un proceso de negocio, dejándolo en manos de mi proveedor, hasta subcontratar sólo la gestión de las nóminas del persona que coge el teléfono. El nivel de delegación de funciones del proveedor tiene en cuenta muchos factores, desde los legales, laborales, hasta los estratégicos. Hay negocios y procesos fácilmente subcontratables. Otros sin embargo, son «core» estratégico de la compañía. ¿Hacemos la reflexión de una manera realmente profunda? Licitamos igual un servicio de recobro que una plataforma de atención al cliente?

  • Preseleccionar

¿A quién invitamos a un proceso de licitación? ¿A todos? Si no es a todos, cómo combato las protestas de los no invitados? Si es a todos, ¿cómo gestiono el análisis de 10 propuestas de 500 folios cada una?. La preselección es una necesidad de negocio. Os propongo dos métodos: redactar una RFI (Request for Information) sencillita, en la que el proveedor hable de sus capacidades. O bien, haced una ronda de presentaciones con los proveedores y que un equipo evaluador las puntúe. Invitad a los 3-4 que consideréis mejores.

  • Requisitos

¿Y qué le pedimos al proveedor? Esto requiere un post aparte. Sólo una consideración: no es lo mismo evaluar los requisitos asociados al servicio que los requisitos asociados al proveedor… •Modelo de Relación También merece un capítulo aparte. ¿Cómo me relacionaré con el proveedor? ¿Le pagaré por horas o por evento o por llamada o por una variable de negocio…?

  • Proceso de Licitación

Plazos, tiempos, condiciones de la RFP, estructura de la respuesta… Todo ello, es un proceso en sí mismo.

  • Valoración

Cuando reciba los 500 folios de una propuesta, ¿Cómo los valoro? Y, sobre todo, ¿Cómo hago una comparativa justa entre licitantes?. También merece un post aparte.

  • Definición, Negociación y Firma de un Contrato

El contrato es la culminación de un proceso de compras bien hecho. Será fácil de cerrar, si todo el proceso anterior ha sido llevado a cabo de manera seria y profesional. Será un dolor si se han dejado flecos por el camino…

  • Administración del Contrato

La historia no acaba en el contrato… No señor, sino en el seguimiento día a día de sus condiciones, sus niveles de servicio, su acuerdos, …

Como veis, aunque muchas veces nuestros jefes lo vean de una manera sencilla, el plantear abrir un proceso de licitación requiere método, reflexión y mucho esfuezo. Hasta la próxima.

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PROCESO DE COMPRAS – Introducción

Hace unos días me pedían una recomendación sobre cómo elaborar un buen contrato que ayudase a una compañía a regular la relación con un proveedor del cual dependía directamente su negocio. La relación había tenido sus altibajos, no existían acuerdos de niveles de servicio ni capacidad para aplicar premios o penalizaciones cuando el servicio era bueno o malo.

«¿No llegamos un poco tarde?», me preguntaba. Me dio la sensación de que se depositaba en la elaboración del contrato la esperanza de que fuera la fórmula mágica que mejorase inmediatamente la relación con un proveedor.

En nuestros negocios de operaciones, contamos con proveedores como algo habitual. Desde que tomamos la difícil decisión de «recursos propios» vs «recursos subcontratados», se nos abre un camino sin fin en el que las «empresas cliente» y los proveedores deben desarrollar unas capacidades desconocidas hasta el momento en muchos de los casos: ¿cómo se hace un proceso de licitación?, ¿cómo comparo dos ofertas?, ¿cómo preselecciono a los mejores?, ¿cómo estoy seguro de que lo que me ponen en la oferta es cierto?, ¿cómo redacto un contrato?, ¿cómo hago que se cumpla?, …

Demasiadas preguntas abiertas cuando las decisiones las tenemos que tomar rápido. Nos piden de nuestra dirección que abramos ágilmente el proceso de subcontratación de nuestra fuerza de ventas, nuestro centro de atención al cliente, nuestra plataforma de recobros, nuestro proveedor logístico, nuestra agencia creativa, …

A raíz de este tema, se me ocurría, como suelo hacer, dar pequeñas ideas, algunas recetas para garantizar un proceso de selección de proveedores, una buena negociación y un buen seguimiento de contratos que permita tener bajo control algo que no suele ser habitual: nuestros proveedores.

En el próximo post hablaremos del proceso completo de compras, desde la toma de decisión del «make or buy» hasta el cierre de un contrato con un proveedor, por cierre de proyecto o cambio del mismo.

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